Sociedad del Conocimiento: Espacio idóneo para compartir el saber



¿Es realmente el conocimiento el camino hacia la sabiduría?. Esta interrogante surge en mi al revisar el documento de la UNESCO “Hacia las sociedades del conocimiento”, primer informe mundial publicado en el 2005, el cual analiza -desde muchas perspectivas- cómo la tecnología y la sociedad están dando un vuelco, pero que no termina de concretarse, debido a diversos criterios que van más allá de un simple compartir de información.

La sociedad, planteada como un bien público, se ha permitido buscar la forma de crecer, desde lo cultural hasta lo tecnológico. Este crecimiento ha traído consigo un desequilibrio económico e ideológico, que es divulgado a través de diversos medios (redes), los cuales, se expanden con celeridad hacia múltiples destinos, con receptores tan diversos que su decodificación no termina de ser la correcta. Se abre entonces una brecha entre la verdad y lo propuesto, tema que -en lo comunicacional- nunca tendrá una respuesta definitiva.

Bien se esboza en las páginas del informe, que la sociedad del conocimiento no se reduce a la sociedad de la información; más que la sociedad mundial de la información es consecuencia de la revolución de las nuevas tecnologías. “La urgencia de solucionar las disparidades digitales se hace aún más apremiante. En el marco de su  mandato, la UNESCO debe proponer soluciones para reducir la brecha digital.” (UNESCO, 2005, Pág. 33). De allí surgen muchas apreciaciones sobre los pro y los contras de este modelo de comunicación, novedoso y propicio para una nueva era del saber.

Con las nuevas tecnologías, muchos aseguran que la libertad de Opinión y Expresión, han ganado terreno. Pero ¿Hasta qué punto es verdad que exista una opinión libre y se permita una expresión sincera en los llamados países del sur?.  Cada día, quienes viven del proceso comunicacional, ven cientos de trabas en su oficio. Eso sin contar con la censura impuesta a los medios para callar lo que realmente mueve a una nación.

Por naturaleza, el hombre busca la manera de estar informado; viendo la información como un instrumento para el intercambio del conocimiento, ese mismo que da poder y  permite elevar o destruir una cultura, nación o ideología, todo dependiendo del cristal con que se mire.

“En el plano mundial, los factores de desigualdad ante las nuevas tecnologías se combinan creando una auténtica brecha digital planetaria que pone en tela de juicio la universalidad del desarrollo de las nuevas tecnologías”. (pág. 33). El análisis de esta propuesta hace pensar que si bien la aparición de internet ha realizado invalorables aportes al sistema comunicacional, también ha permitido marcar la “brecha” entre las naciones del sur, en la que los sistemas de navegación no van a la par de las características de la población.

“Existen, pues, numerosas soluciones que permiten reducir la brecha digital, a condición de que exista una clara voluntad política al respecto. Además, hay que recordar que si la generalización del conocimiento puede contribuir a erradicar alguno de los factores que contribuyen decisivamente a la brecha digital, el principal obstáculo para el desarrollo generalizado de sociedades del conocimiento no será tanto esa brecha como la existencia de desigualdades importantes entre los países del Norte y los del Sur en la producción de conocimientos y la participación en ellos” (Pág. 39).

Antes de dar paso a este desarrollo, se debe recordar que la información se basa en rarezas, es decir hechos aislados a una cotidianidad; mientras que el conocimiento pertenece a la visualización de ideas y propuestas que surgen de cualquier mente “razonable”.  Aclarado el punto, se puede percibir que para que exista un crecimiento en la sociedad del conocimiento, esta debe constituir medios o canales de información, propicios a difundir el conocimiento.

Las nuevas tecnologías han permitido materializar distintas funciones cognitivas, lo que ha dado paso a herramientas más comunes con un poder de acercamiento entre personas de diferentes niveles y características. Se podría decir que se está librando la batalla contra tantos obstáculos presentados –a través de los años- para el manejo de la información; ahora con el aditamento que se puede hacer en tiempo real.

La creación de las redes ha permitido ir disminuyendo el aislamiento sobre el conocimiento, pero el exceso de la misma no es necesariamente una fuente de mayor versatilidad intelectual. Todo se centra en el proceso de decodificación y el tratamiento del contenido para que este a la altura. En pocas palabras, saber sobre algo, no hace al hombre experto, si sólo obtiene la información para satisfacer una curiosidad, pero no analiza y desarrolla su contenido.


Cuando hablamos de avance tecnológico, la premisa hace reflexionar sobre lo que es él concepto de desarrollo y cómo la capitalización humana ha transformado estos modelos por unos más participativos, tendentes a un desarrollo cooperativo, en el que el crecimiento no se considera sólo como un fin, sino como un medio, por lo que la tecnología puede aportar un nuevo concepto hacia lo que debe ser el desarrollo del ser humano en un mundo tan cambiante y multiplural.

“Existe una cultura característica de Internet que se construye mediante un proceso de distribución en el que todos los protagonistas desempeñan un papel –incluso por el mero hecho de efectuar selecciones y clasificaciones entre todas las fuentes de información de que disponen–, contribuyendo a una continua circulación creativa de información y conocimientos de la que ningún individuo o institución tienen la iniciativa exclusiva.” (Pág. 57)

Bien pudiéramos aseverar que mientras más conocimiento tenemos, más ignorantes nos volvemos. La utilización de las máquinas tecnológicas está atrofiando la capacidad de creatividad en el ser humano. La juventud, que el principal usuario de las nuevas tecnologías, ha dejado lado su creatividad para dedicarse a mecanizar las tareas.  No se piensa se acciona a través de cualquier herramienta que sólo requiere habilidad y no ingenio.

Pero por muy elaboradas que sean las máquinas, jamás podrán sustituir al hombre y su pensamiento desafiante, siendo el hombre, quien paradójicamente cada día trata de perfeccionar la máquina para simplificar los procesos.
Quien utiliza a la nueva tecnología, comparte su proceso cognitivo con la máquina, además de lo referente a percepción, memoria, operaciones lógicas y hasta el aprendizaje.  Todo viene en un círculo con características muy particulares, en la que los dispositivos son de fácil manejo e incluidos en lo cotidiano, dando de esta forma un uso casi autómata para aquellas tareas que solían ser tediosas.

Es curioso ver como la llegada de la tecnología ha marcado un desapego por el resguardo de la información en la mente del hombre. Internet, por ejemplo, ha permitido construir espacios de almacenaje de datos (textos, imágenes, videos) de fácil acceso desde cualquier lugar de conexión. No obstante, el hombre se ha valido de este recurso para evitar almacenar la información requerida en su propia mente, pasando a depender, indirectamente, de una máquina.


Mientras más memoria en la nube se posee, menos recuerdos se tienen. Se puede pensar que las nuevas tecnologías atentan contra muchas costumbres y tradiciones que el hombre a manejado por años, pero que ahora permanecen almacenadas en un espacio codificado, el cual –inevitablemente- depende un equipo eléctrico para su acceso.  ¿Acaso se está perdiendo esa prioridad del esfuerzo individual, sin temor a que desaparezcan muchas cosas que se han transmitido de generación en generación?.

La tarea de educar ha trascendido de las llamadas aulas. Con la llegada de la tecnología, la formación ha pasado a ser un elemento para quien tiene interés de adquirir el conocimiento.  “La diversidad de las modalidades de acceso al conocimiento constituye, como se ha visto, una de las características más importantes de las sociedades del aprendizaje” (Pág. 68).  Este proceso demuestra hasta qué punto han estado unidas en el plano pedagógico y educativo las nuevas tecnologías y el hombre.

El proceso cognitivo del hombre se ha convertido en algo vital, una acción que ha traspasado la dinámica social, más allá del método tradicional del educador y apoderado de la vida económica y social del individuo. El usuario es un protagonista de la innovación, e incluso es el que expresa la necesidad de nuevas herramientas y elementos que le permitan obtener más conocimiento en el menor tiempo y esfuerzo.
Es aquí cuando se reflexiona si la sociedad del aprendizaje es meramente una sociedad de información. Lógicamente, la respuesta es no, ya que el fenómeno del aprendizaje está destinado a generalizarse en todos los niveles de la sociedad, sin distingo de la ubicación geográfica norte o sur.

La diversa forma de acceso al conocimiento, constituye una de las modalidades más importantes de la nueva forma de conocimiento, dejando de lado el monopolio de dos grandes de la enseñanza: la educación y los libros, pese a que las instituciones siguen desempeñando un papel esencial en la formación del hombre y los libros no tienden a desaparecer.

Por Franklin Guerrero
Imágenes tomadas de la web

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